Después del exitoso desembarco de la línea Galaxy S en Estados Unidos en 2010, Samsung se volvió una fuerza imparable en el mundo móvil. No solamente se convirtió en la empresa que más celulares vende en el mundo sino que junto con Apple se llevan más del 99% de la ganancias del sector.
Yo no fui ajeno a ese tren y tuve el Galaxy S original (la versión AT&T llamada Captivate), usé brevemente el Galaxy S latinoamericano, el Nexus S (una variante del Galaxy S diseñado para Google), el Galaxy SII, el Galaxy S3 y ahora el Galaxy S4.
Odié el Captivate, pero más por culpa de las personalizaciones que habían sido instaladas para AT&T y por la versión de Android de entonces (2.1). Me encantó la versión pura de Samsung del Galaxy S, principalmente porque venía con Android 2.2 (notable diferencia!), aunque no pude disfrutarla por mucho tiempo (el teléfono era prestado). Sufrí con el Nexus S, porque la experiencia “pura” de Google no cumplió su promesa: la actualización a Ice Cream Sandwich (Android 4) tardó más de 5 meses que en otros teléfonos y además tenía una cámara de cuarta.
Queriendo probar otras aguas, me aventuré el año pasado con el HTC One X, un teléfono claramente superior a Samsung en lo que refiere al diseño, materiales y construcción. Lo que más me molestaba de ese teléfono es la posición del botón de desbloqueo (arriba en vez de al costado) que requería especial esfuerzo para usarlo. Lastimosamente se cayó y se rompió la pantalla.
En su reemplazo tuve un S3, que conseguí localmente y a un relativamente buen precio. A esta altura, todos conocen o han visto un S3 y saben que toma buenas fotos, es relativamente sólido y rápido; pero no sin problemas: no solamente se me reseteó de la nada unas cuantas veces, sino que más o menos a los 9 meses de uso, murió completamente. Samsung me lo cambió por garantía, pero perdí algunas fotos importantes, por no hacer backup regular. Independientemente de esos problemas, en el día a día lo que más me molesta es que se puso lento, especialmente la aplicación de contactos que es absurdamente lenta y eso que es un teléfono que tiene una CPU de 4 núcleos!!!
Habiendo decidido hace tiempo cambiar de teléfono cada año y no sentirme culpable ni por 1 nanosegundo, estaba llegando la fecha de tener el modelo 2013 de Android. Los contendientes eran el HTC One, que se vende en línea por $575 y “the next big thing” de Samsung (está bueno el video), el Galaxy S4. El HTC One es considerado por algunos conocedores como el mejor smartphone de la historia, por su excelente diseño industrial, su construcción de precisión, como de reloj suizo y una fabulosa pantalla 1080p con la violenta densidad 468 puntos por pulgada (el ojo humano supuestamente es incapaz de distinguir densidades superiores a 300 puntos por pulgada). Sin embargo pusieron una cámara que no tiene la calidad del resto de las características.
El S4, por el contrario, fue atacado por ser de construcción “barata”, de plástico y lleno de funciones que la mayoría jamás usará. Por otro lado, su batería es intercambiable y de mayor capacidad, tiene memoria expandible y su cámara es probablemente la mejor disponible en un smartphone actualmente.
Al final pesaron más la mejor cámara, la función de S Beam (ya que mucha gente tiene S3), la posibilidad de expansión de memoria, la versión más actualizada de Android y la garantía local. Pero apenas el S4 estuvo en mis manos, sentí algo que esperaba desapareciera con los días, pero la verdad es que el sentimiento se reafirmó: “no vale la pena”.
Simplemente si uno tiene un S3, no vale la pena irse a un S4: con sus 8 núcleos no se siente más rápido ni más fluido; la galería y las transiciones no son siempre suaves; la aplicación de contactos sigue siendo lenta; la batería no dura más; las aplicaciones que vienen por defecto, muchas de las cuales son una basura se chupan 8GB dejando al modelo de 16GB con solo la mitad disponible; los gestos aéreos (air gestures) no son consistentes y “funcionan” en algunas partes de algunas aplicaciones; y se resetea.
Pero que no se malentienda, si uno viene de un S2 o de uno de los tantos Galaxys (a propósito, me molesta que Samsung haya bastardeado su marca), el salto es apreciable y quien así lo haga disfrutará de su elección. Sin embargo, el secreto está en comprar el S3, porque bajó de precio, es aún un excelente equipo y viene con 48 GB de Dropbox por 2 años, ideal para hacer backup automático y silencioso de las fotos y videos que uno toma.
Seguiré siendo fiel a Samsung después de esto? Mi fidelidad es en realidad a Android que por ahora es el sistema operativo que más se adapta a mi caso de uso. Mientras tanto, mi hija es feliz revisando las fotos sin tocar la pantalla del S4 y tengo un S3 en excelentes condiciones como regalo para el día de la Madre.
Excelente artículo!! Personalmente era amante del BB, hasta que ya no dio más y me di cuenta que era hora de cambiarlo. Quería tener un S3 pero el precio era muy alto, así que me pasé a un Advance. La verdad hasta ahora súper bien, quizás porque lo uso más para cosas básicas si me comparo contigo, pero me consuela saber que tomando en cuenta el tipo de uso que le doy al celular no preciso nada más. Saludos y gracias por la info Rolo!!